Lo que no supimos ver fue todo aquello que los truenos nos gritaron, solo estuvimos a la expectativa, esperando concretar nuestros retos sin remordimiento alguno.
Porque han estado ahí desde que decidimos confrontar la ignorancia y convertirla en un proceso de transformación, la cual nos lleva irremediablemente a toda esa conjunción de maldiciones, lágrimas, desvelos y finalmente satisfacciones.
¿Cuándo fue que la noche se convirtió en día y el día permaneció inamovible? Pues pareció solo una línea interminable de tiempo subsecuente de imágenes indescifrables.
Qué más se puede escribir sobre alguien que no conoces, sobre alguien que está dispuesto a no dejarte avanzar sin la perfección.
Es difícil sobresalir entre todo ese marañal de personas que solo buscan un mismo objetivo: imaginar que están dentro de su imperfección y saber si las capacidades están dentro de la realidad.